El
nuevo líder de China y secretario del Partido Único, Xi Jinping, elevado al
poder en el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh), en reemplazo de Hu
Jintao, reconoció tras la ceremonia de cambio de poderes que la
dirección de esa colectividad asume "enormes responsabilidades".
También
reconoció que el Partido Comunista de la potencia asiática debe hacer frente a
"graves desafíos" en términos
de “corrupción interna”, así como de carácter social que afectan a la nación.
Aunque
puedan resultar extrañas las palabras de este discurso al proceder la fuente
del poder único del país, aquella que limita la capacidad de información de sus
ciudadanos, cada vez se hace más latente la imperiosa necesidad de generar un
aperturismo “social-cultural” desde dichas capas altas del Estado Chino, y
exigidas ya por grandes colectivos de la nación.
Nos
referimos a limitaciones de información y de interrelación social tan sencillas
para nosotros como la utilización de las redes sociales. En concreto del “twitter
chino”, que desde mayo del presenta año 2012 sufrió una serie de “censuras”,
consecuencia de los comentarios en cadena por parte de sus usuarios a la
noticia de la muerte del líder coreano King Jo-Li, así como manifestaciones en
contra de las directrices del partido.
Weibo,
como se llama el sitio web de microbloger en China y que en esencia se asemeja
en prácticamente cada una de sus características y funciones a Twitter, tiene
desde entonces 8 prohibiciones esenciales que los más de 300 millones de
usuarios chinos tendrán que respetar si no quieren ser expulsados de la red
social.
Así,
esta empresa punto.com de origen chino, ha decidió imponer una serie de
restricciones de expresión a sus usuarios por las protestas dirigidas hacia la
entidad desde el gobierno por los rumores “falsos” que desde este dominio
pueden realizar quienes la emplea.
La
acción aplicada para el control de la red social es la siguiente: cada usuario
dispone de un total de 80 puntos, que irán perdiendo si no cumplen con las
restricciones que se han impuesto, hasta el punto de poder ser borrados de la
red social de manera definitiva. Así, la lista de restricciones a cumplir, que
se dieron a conocer como “convención de la comunidad” prohíbe utilizar a los
usuarios el dominio web para:
- Difundir
rumores.
- Publicar
información falsa.
- Atacar
a otros con insultos o comentarios denigrantes.
- Oponerse
a los principios básicos de la Constitución China.
- Revelar
secretos nacionales.
- Amenazar
el honor de China.
- Promover
sectas o supersticiones.
- Convocar
protestas ilegales o concentraciones masivas.
Además,
se añadió que los miembros no pueden usar “expresiones indirectas u otros métodos”
para infringir las normas, ya que es habitual que los usuarios emplean nombres
abreviados o usan claves para evitar ser identificados.
Aquellos
miembros que estén por debajo de los 60 puntos por haber incumplido alguno de
los puntos de la lista, recibirán una alerta desde el servidor. Y si su
comportamiento es adecuando durante un periodo de 2 meses, su puntuación
volverá a subir a 80 puntos.
Nos
encontramos por tanto ante una forma de control de internet en el país
asiático. Pero más allá de una simple censura de contenidos en medios de
expresión donde no existe control como internet, a modo personal diremos que lo
que se pretendió con medias como la mencionada es acabar con el anonimato que
ofrecen las redes.
Es
más, el gobierno del para entonces todavía líder Hu Jintao, ordenó a Weibo, y a otras redes sociales del país como
Baidu y Tencet, que para finales del presente año se asegurasen de que todos
sus usuarios proporcionasen al medio su verdadera identidad, ya como es
habitual en la red de redes, los internautas utilizan códigos y seudónimos para
expresar sus críticas de modo indirecto, más si cabe en el contexto de
privación informativo de China.
Desde
hace tiempo existían “normas”, como ocurre con el canal chino CCTV y la única
agencia de noticias de la nación, Xinhua, que apelan por el comportamiento
ejemplar de los medios de comunicación en consonancia con los mandatos del
Estado Chino, y que también se aplicaban para las empresas y medios en
internet.
Entre
los rumores que han navegado por la red entre usuarios de estas redes sociales
chinas, molestaron de manera especial al gobierno las relacionadas con un
posible asesinato del líder norcoreano Kim Jong-un. Las redes sociales chinas
se vieron obligadas a eliminar todos los comentarios que hicieran mención de
esta circunstancia, mediante un control de filtro de palabra clave. Es decir,
como un filtro parental que un padre de familia pone en el ordenador de su hijo
para que no vea ciertos contenidos.
¿Nos
encontramos ante censura informativa, o solo ante un control por el beneficio
final de la población y de la nación? ¿A qué tienen medio los dirigentes chinos para “bloquear”
las redes sociales? El aperturismo tanto
económico como mediático de China, ha facilitado también la entra de cambios
sociales; cambios en el pensamiento de su colectivo. Colectivo que antes amaba
las directrices de sus líderes como Mao, ya que les ayudó a salir del
subdesarrollo, pero que ahora no ven reflejados en la forma de estado actual,
desfasa con los tiempos contemporáneos y con el resto de sociedad. Pautas y
patrones de comportamiento social y cultural que el actual líder, Xi Jinping,
ha de tener en cuenta si su propósito, como hemos relatado el los párrafos de
cabecera, es el hacer frente a estos graves desafíos que abrazan las dudas de
los componentes de su país.
Entonces
¿Cuál es el devenir de la presente y futura nación China? ¿Nos encontramos ante
un punto de inflexión cultural en el país con mayor índice de crecimiento en
PIB y en I+D en la pasaba década? Desde Hijos
de Bison estaremos pendientes a las noticias y cambios a nivel
internacional que acurran en la potencia líder, para informaros y dar respuesta
a estas preguntas.
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