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martes, 2 de abril de 2013

La numerología del Apocalipsis


El Apocalipsis, que en griego significa revelación, es el último libro del Nuevo Testamento y,  por tanto de la Biblia. Se especula que podría haber sido escrito a finales del s. I, y su autoría es atribuida a San Juan Evangelista desde el IV Concilio de Toledo, ya que el autor habla de él mismo como un judío desterrado en la isla de Patmos, características fácilmente asimiladas al apóstol.

El texto apocalíptico describe los sucesos como si el fin hubiese llegado ya. Es la exaltación y el anuncio de esperanza.

En el mundo cristiano la divinidad es aritmética y geométrica; los números tienen importancia y un gran simbolismo. Tanto es así que en el libro del Apocalipsis hay una serie de números que se repiten constantemente: tres, cuatro y siete. Además esta repetición numérica se hace palpable en las representaciones iconográficas que podemos observar, por ejemplo, en los Beatos.


El número siete es el más repetido en toda la Biblia: son siete sacramentos, también los siete pecados capitales, siete dolores son los de la Virgen, es el número de orificios de la cabeza a través de los cuales el hombre percibe el Cosmos y siete los dones del Espíritu Santo. Sin embargo la presencia de este número en el Apocalipsis es especialmente notable.

El siete representa al hombre, unión entre materia (cuatro) y espíritu (tres). Es probable que su presencia continuada y reiterada en el texto apocalíptico sea porque los hombres son aquellos que sufrirán los cataclismos y castigos diversos que Dios envía a la Tierra para castigar a aquellos que no han creído en Él y premiar a todos los que le guardan fidelidad. De hecho siete es el numero de cataclismos que son resultado de que el Cordero abra los siete sellos, los ángeles toquen las siete trompetas y se derramen las siete copas.

El tres es, además de ser, obviamente, el número de la Trinidad, el carácter espiritual del hombre. Representa también el principio masculino, que sumado al femenino (dos) es el origen del mundo.

Su presencia en el texto atribuido a San Juan está presente sobretodo en los cataclismo, ya que cuando uno de estos se presenta ante el hombre suele afectar dividiendo en tres la totalidad (ya sea una tercera parte de la tierra, las aguas...). Es probable que se trate de una manera simbólica de representar que no todos los hombres fallecerán tras los cataclismos, sino que habrá una pequeña parte de la población que se salvará mediante su fe en el Creador.

Respecto al número cuatro debe decirse que este se identifica con la materia y el mundo terrenal: los cuatro elementos, los puntos cardinales, las cuatro estaciones... En el Apocalipsis se plasman en los jinetes de los primeros sellos que serán abiertos, los ángeles del Éufrates... Este número referencia a todo aquello que acontecerá en la Tierra. 

Una Tierra (4) creada por Dois (7) para el disfrute del Hombre (3), pero que, por sus pecados, será juzgada y conducida a Armegedón según San Juan. A su Apocalipsis. Unas cifras que sumadas dan como resultado 14. Y que, casualidad, coinciden con la suma del pasado año 2012, tan promenso a la especulación del fin del mundo. 

Así que ¿nos encontramos de nuevo ante el cumplimiento del famoso Calendario Maya? ¿Hemos de consultar la obra profana de Nostradamus? ¿Es el inicio del Apocalipsis bíblico? o son meras especulaciones y teorías conspiratorias.

Solos los pasos de la humanidad ante los acontenciminetos de nuestra aldea global darán respuesta a nuestras dudas.

Mientras tanto, la simbología de los números está presente en cada aspecto de nuestra cultura.


Maria  Parra Fraile, Licenciada En  Historia del Arte UCM. 

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