Como hemos expuesto en otros artículos de nuestro blog, consideramos a China no como la futura potencia muncial, sino como el presente del progreso de una nueva fórmula del capitalismo.
Pero ¿por cuanto tiempo? Esa es la gran pregunta ante la crisis global que vive nuestra sociedad, en la que China sigue pescando a río revuelto, pero en la que se abre una brecha en su población, que exige cada vez más aperturismo y más libertad.
Aperturismo que se desprende de sus cifras, no internas de su PIB, sino de las inversiones extranjera en el país asiático. Inversiones que hace unas décadas sería imposibles, y las que ha día de hoy son una realidad que exige su empresa y poder político, así como la entrada de nuevas ideas y culturas a la acreedora de occidente.
La inversión extranjera directa en China alcanzó los 8.210 millones de dólares (6.336 millones de euros) en el mes de febrero, un 6,32 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior, en la primera subida de este indicador en 8 meses, informó hoy el Ministerio de Comercio del país.
En el acumulado de los dos primeros meses de 2013, China ha recibido inversiones por valor de 17.480 millones de dólares (13.490 millones de euros), que, por contra, todavía suponen una reducción del 1,35 por ciento interanual, detalló el portavoz de Comercio Shen Danyang, citado por la agencia Xinhua.
Shen también precisó que en febrero China aprobó el establecimiento de 1.032 empresas de inversión extranjera, un descenso interanual del 35,62 por ciento.
Las inversiones en el sector de servicios de China aumentaron un 5,49 por ciento hasta los 8.450 millones de dólares (6.522 millones de euros) en los primeros dos meses del año, mientras que el capital foráneo dirigido a los sectores de agricultura e industria cayó un 43,22 y 10,64 por ciento, respectivamente.
Las inversiones de la Unión Europea en China se incrementaron un 34,01 por ciento, hasta los 1.210 millones de dólares, mientras que el capital procedente de Estados Unidos se redujo un 5,37 por ciento, hasta los 497 millones de dólares.
Todo ello, como comentamos en líneas más arriba, conlleva la llegada de nuevas ideas y nuevas culturas y sociedades a una segunda sociedad que durante gran parte de su historia contemporánea ha estado marcada por el mayor de los cerrojos políticos. Lo que provaco, cambios en sus peticiones sociales. Hasta al punto de que, en el actual gobierno del Partido Único Chino, existe la presencia de una mujer. Algo imposible hasta ahora.
Las cifras de China son apabullantes, sin embargo, hemos de prestar atención a la crisis social que vive dentro se sus fronteras, oculta tras estos números.
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